En el marco de la investigación del grupo AFIN, Adopciones y acogimientos en España: desafíos, oportunidades y problemas familiares y sociales durante la infancia y la adolescencia, financiado por el Ministerio de Economía y de Competitividad del Estado Español, realizamos una sub-investigación sobre espacio público, jóvenes y niños adoptados transnacionalmente. En esta comunicación nos preguntamos ¿Cómo se sitúan las niñas y jóvenes en el contexto urbano? ¿Cómo utilizan la ciudad ? ¿Cómo la habitan?, entendiendo el habitar como estar situados en un espacio físico en un momento dado en el que se despliegan formas propias, aprendidas e improvisadas de ser y hacer en medio de los códigos de la ciudad. En los espacios públicos toman cuerpo las tensiones sociales, pero también las iniciativas de resolución de los conflictos generados por las colisiones de las construcciones del otro. El cuerpo femenino invadido por las palabras del otro genera necesidad de las chicas de estar atentas en sus recorridos en solitario en un espacio entendido como abierto y disponible para todos, donde, no obstante, también se experimentan un sentimiento de vulnerabilidad que denota relaciones de poder del conjunto de la sociedad. Las iniciativas de acceder, usar y construir el espacio público implican la introducción de cambios en las relaciones estáticas de los roles. Generan una negociación de los espacios vedados y los tránsitos conflictivos a través de formas de resistir y transgredir los usos hegemónicos, mediante estrategias de agencia como la evitación, pero también a través del hacer frente con el propio cuerpo, con de la presencia; aunque eso signifique enfrentar el miedo en el uso cotidiano del espacio urbano. Esta persistencia en materializar el derecho a la ciudad por parte de niñas y jóvenes tiene impacto en las masculinidades que deben re-interpretar y negociar nuevos valores que trastocan las relaciones de género tradicionales. Al lado del uso utilitario de la ciudad, niñas y jóvenes también realizan paseos, derivas y deambulaciones que forman parte de su geografía emocional; los consideran un espacio de reflexión donde encuentran distensión y aislamiento en medio del bullicio y a través de la fragmentariedad de acontecimientos que recorren y agencian como fórmula para situarse frente a lo que les ocurre. Partimos de una co-autoría en la producción de los datos cuyo análisis realizamos a partir de una concepción participativa de la investigación. Estimamos fundamental valorar la capacidad de agencia de niños y jóvenes en la construcción y gestión del conocimiento. Su mirada hedonista o crítica frente a los espacios públicos permite explorar su visión del mundo, su capacidad de interlocución y su potencia para la observación de los territorios, una batería de insumos que puede incluso albergar elementos valiosos para las políticas públicas con respecto a la ciudad infantilizada que se les ofrece u otros temas que les preocupan, les asustan o cuestionan tales como la pobreza, los habitantes de la calle, el medio ambiente, la inequidad, la cuestión de género, el tráfico urbano o la drogodependencia, entre otros.